A mis hijos, algún día lo leeréis.

mayo 30, 2016



Cariño, mi amor, cielo, tengo que pedirte un favor.
Algún día cuando tenga hijos, sólo te pido una cosa, quiérelos infinitamente más de lo que me has querido a mi.
Si a mi siempre me has tratado como a una reina, a ellos trátalos todavía mejor, quiérelos mejor, cuidalos mejor, bésales mejor, y hazles sentir infinitamente especiales.


Si algún día tengo una hija le enseñaré a hacerse valer, a no dejarse pisotear. A ser una guerrera que luche sus propias batallas, que no espere al caballero de elegante armadura para que vaya a buscarla. Una guerrera sí, pero también una princesa, dulce, amable, cariñosa, y con sentido del humor. Que sepa querer, que respete las diversidades de esta sociedad, y que esté orgullosa de todo aquello que haga.
Le enseñaré a pararle los pies, con una sonrisa en la cara, a todos aquellos que quieran derribarla. Le enseñaré a confiar en sí misma, a quererse, a respetarse y valorarse, porque si no lo hace ella, nadie más lo hará. Le enseñaré a no depender de ningún hombre, porque mientras tenga brazos y piernas para trabajar deberá hacerlo. Y mantenerse y no ser una mantenida, al igual que le enseñaré lo que es una mala racha de trabajo y que te tomen el pelo viviendo a tu costa. Le enseñaré todo lo que a mi mi madre me ha enseñado, como por ejemplo, que tu madre es tu mejor amiga, que cualquier problema que tenga yo ya li he tenido y voy a poder ayudarla mucho mejor que cualquier amiga de la escuela.
Le enseñaré por lo que vale la pena sufrir, y lo que debe dejar de ir. Nunca obligandola, dejando que ella actúe pero aconsejándola cuando me necesite.
Y no importa las veces que te caigas, porque yo, como madre que seré algún día siempre estaré ahí para levantarte. No importa las veces que me digas que estís harta de escucharme, porque una madre, por un hijo perdona, mata, muere y olvida.


Si algún día tengo un hijo, le enseñaré a respetar a una mujer. Le enseñaré a tratarla como se merece, a valorarla y a respetarla, igual que tiene que hacerlo él a sí mismo. Le enseñaré que una mujer tiene el mismo derecho, valor y condición que un hombre. Que no está bien catalogar, y que una mujer no es una sirvienta, ni una puta ni un banco. Que no esta bien insultar a los que no son igual que tú, física o mentalmente. Y tampoco por sus gustos. Le enseñaré a cocinar, a coser y a limpiar para que tenga su propia casa en orden. Le enseñaré a ser persona, para poder convertirse en hombre.
Le daré todos los consejos que imagino que me darían si fuera hombre.


El día que yo sea madre, cometeré mil errores, como todo el mundo. Pero ser madre, es el regalo más bonito que te puede dar la vida.

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